Para hacer un diagnóstico completo debes revisar cada componente del equipo:
Estado del disco (HDD/SSD):
Usa herramientas como CrystalDiskInfo o el “Comprobador de errores” de Windows para detectar sectores dañados o fallas de lectura.
Prueba de memoria RAM:
Ejecuta Windows Memory Diagnostic para identificar errores de memoria que puedan causar reinicios o pantallazos.
Temperaturas del sistema:
Programas como HWMonitor permiten ver si el procesador o la tarjeta gráfica están trabajando con sobrecalentamiento.
Rendimiento del sistema operativo:
Revisa el Administrador de tareas para verificar alto consumo de CPU, RAM o disco por aplicaciones o procesos.
Controladores y actualizaciones:
Asegúrate de que los drivers estén actualizados y que el sistema no tenga conflictos de hardware.
Análisis de virus o software dañino:
Usa un antivirus confiable y herramientas anti-malware para detectar programas que afecten el rendimiento.
Con estos pasos puedes identificar fallas básicas, pero un diagnóstico técnico incluye pruebas más avanzadas para detectar problemas que no son visibles con herramientas comunes.