Para reparar un PC dañado primero debes identificar la causa del fallo. Lo básico es revisar si el equipo enciende, si muestra imagen y si responde sin reiniciarse. Luego se verifica el estado del disco, la memoria RAM, temperaturas internas, conectores, fuentes de poder y posibles errores del sistema operativo.
Si el problema es por software, suele solucionarse con limpieza de virus, reparación de archivos del sistema, actualización de controladores o reinstalación de Windows. Si es por hardware, se deben probar componentes como RAM, disco, fuente o ventiladores para reemplazar el que esté fallando.
El proceso exacto depende del tipo de daño, por eso un diagnóstico técnico es clave para saber qué reparar y evitar que el problema vuelva a aparecer.